El SECRETO DE LA ESTATUA DE SANT JORDI DE GAUDÍ, EN “CASA BOTINES”
A finales del siglo XIX, en 1887, un joven arquitecto que nunca había salido de Barcelona cruzó la península para construir en León un almacén de tejidos. Su nombre era Antonio Gaudí, y el edificio sería la Casa Botines. De hecho, Gaudí recibe dos encargos, en León la construcción de un nuevo Palacio Episcopal en Astorga (encargo de su paisano Joan Baptista Grau) y de la Casa Botines, en León. Esta último es ahora un museo con una colección de los Caprichos de Goya y cuadros de artistas como Sorolla o Ramón Casas, entre otros. Se puede visitar la bajocubierta y el torreón de Gaudí, con una hermosa vista de León. Consta además, de una biblioteca “Profesor César García Álvarez” que está formada por unos 2000 volúmenes y especializada en Historia del Arte y Museología, además de contar con un fondo especial dedicado a Gaudí.
Actualmente consta de dos exposiciones sobre Gaudí:
En este enlace puede conocer más sobre la exposición https://www.casabotines.es/visita/
Lo curioso es que, en uno de los planos del edificio alzado, escala 1:100, que está datado en Barcelona, diciembre de 1891, donde ya puede apreciarse claramente la idea del maestro sobre la figura que tenía previsto colocar en la futura construcción, era que la figura de St Jordi. Y hoy es sabido que el modelado del Sant Jordi fue realizado en Barcelona año 1892, por el fiel colaborador del arquitecto catalán, durante muchos años, Lorenzo Matamala Piñol 1856-1927, haciendo de modelo el propio escultor, en tanto que el dragón fue tomado de uno de los que se pusieron en los contrafuertes de la Sagrada Familia.

Los planos del edificio alzado, escala 1:100, que está datado en Barcelona, diciembre de 1891, donde ya puede apreciarse claramente la idea del maestro sobre la figura que tenía previsto colocar en la futura construcción.
En 1893, 42 años después, se acordó la reparación de la figura en piedra del Sant Jordi, sobre la puerta principal”, esto no fue suficiente en el año 1952, “el estado de descomposición de la piedra, con grietas muy profundas en las partes de relieve más acusado, cabeza del santo y del dragón, brazos y piernas”. Ya no contemplaba “posibilidad de arreglo”, se acuerda, sin más dilación, “proceder a desmontar la figura de Sant Jordi
Y fue al desmontar el grupo escultórico, en diciembre de 1952, cuando tuvo lugar el feliz hallazgo en su interior de un tubo de plomo conteniendo: los dos únicos planos hoy existentes de «Casa Botines» planta y alzado firmados por el maestro; varios ejemplares del diario leonés “El Campeón” de enero y febrero de 1892, con noticias sobre el solar en el que finalmente trabajó Gaudí; y la archifamosa “acta” del edificio, en la que los promotores de la obra, señores Fernández y Andrés, dejaron detallada constancia del calendario de la edificación, así como de los responsables de la misma, en todas sus facetas.
Había llegado el momento, de que se situara de nuevo en la fachada de «Casa Botines» la figura del patrón catalán, y según sabemos por testimonios precisos que han llegado hasta hoy, recogidos mayormente en la prensa de la época, la reposición del Sant Jordi aconteció entre el 2 y el 8 de junio de 1956, dos días antes de cumplirse el 30º aniversario de la muerte de Gaudí.

Gaudí ya mostró, en el plano firmado en diciembre de 1891, su intención de colocar el grupo escultórico del «Sant Jordi y el dragón» en la fachada sur o principal de «Casa Botines».
¿Quién dejo ese tubo de plomo dentro de la estatua de St Jordi? Y por qué, es un misterio que sigue sin desvelarse.